Me susurraste al oído "he vuelto a nacer"...noté tu piel fría, ahí estabas tirado en ese solitario callejón. Alguien brutalmente te había arrancado las orejas y junto a ti las había dejado entre enormes cubitos de hielo...allí estaban, sin entender por qué, tus orejas congeladas...y de nuevo me susurraste al oído "he vuelto a nacer"...
De pronto me desperté; hacía frío...te abracé y noté tus frías orejas...